RECOMENDACIONES SOBRE LA VIDA ESCOLAR EN CASA

APRENDIENDO EN TIEMPOS DIFÍCILES…

            Aunque el título puede denotar cierta melancolía, nada más lejos de lo que pretendemos con esta entrada del blog. Nos encontramos ante un nuevo reto tanto para familias como para docentes que es aprender y estudiar desde casa. Acostumbrados a la cercanía y el contacto diario con nuestro alumnado y nuestras familias, nos vemos ante una situación excepcional, que requiere adoptar la medida de “confinamiento forzoso” y eso conlleva que nuestra vida personal, profesional y social se vea obligada a cambiar por completo.

          En este panorama difícil, pero sin duda necesario para poder controlar esta situación, y en el que tenemos que ser responsables y llevarlo a cabo de manera exhaustiva, nos encontramos  con familias que además de la incertidumbre laboral, del trabajo en casa “teletrabajo”,  de la preocupación personal por la situación sanitaria, también tienen  que dedicar un esfuerzo a continuar con la labor educativa de sus hijos e hijas.

          Es por ello, que lo que queremos transmitir como Centro Educativo, es que todos vamos en la misma línea, nuestro objetivo no es otro que sepáis que todo el equipo docente del centro (tutores, especialistas, Equipo de Orientación y Apoyo, Equipo Directivo) entiende y comparte estos momentos con vosotros, nuestras familias del colegio, estando a vuestra disposición para colaborar en todo lo que preciséis.

         Para empezar, conviene hacer las siguientes consideraciones que nos ayuden a organizar el trabajo en casa con nuestros hijos e hijas:

-          Es importante mantener unos hábitos y rutinas diarios. Por ejemplo poner una hora para acostarnos y levantarnos (la misma de lunes a viernes y los fines de semana ser más flexible para que se diferencien los días).  Procurar hacer la misma rutina como si fuéramos al colegio (desayunar, asearnos y vestirnos), no permanecer en pijama todo el día. Elaborar y seguir un horario de trabajo y estudio en casa (adaptado a cada casuística familiar) pero intentando intercalar tareas de mesa con lúdicas y de descanso.

-          Buscar un lugar donde estudiar (si no lo tenían antes por ir a clases particulares o falta de hábito, etc.). Es importante una buena iluminación, temperatura, sin distracciones y con espacio suficiente para tener organizado todo el material escolar. Controlar el uso de las tecnologías (desconectarse de redes sociales y móviles) en estos momento de trabajo. Diferenciar espacios, que no coman mientras trabajan es básico.

-          No perder la referencia de  que seguimos siendo padres y madres, no profesores.   No se trata de sustituir la labor de los maestros/as. Sentido común ante todo. Simplemente hay que buscar un término medio entre el período vacacional y las clases presenciales. El objetivo es que continúen con su hábito de trabajo y estudio, que vayan avanzando en la medida de sus posibilidades para que su vuelta al colegio sea lo más positiva posible. Hay que ayudar a los hijos/as a organizarse. Es preciso supervisar las tareas procurando que sigan siendo autónomos (teniendo en cuenta su edad), ayudándoles en sus dudas y, si no podemos resolverlas, preguntando a sus profesores. Los hijos/as deben saber que los padres también tenemos trabajo que hacer aún estando en casa.  

      Al respecto de la Evaluación, tampoco hay que preocuparse; la segunda evaluación ya se dio por concluida con el fin del periodo lectivo presencial (Jueves 12 de Marzo). Y, cuando volvamos al colegio, ya habrá tiempo de evaluar los contenidos que nos quedan por aprender.

Cuando comencemos, debemos intentar hacer siempre las tareas de dificultad media, continuar por las tareas más difíciles (es cuando la curva de la atención está más alta) y acabar con las tareas que les resulten más fáciles.

-          Controlar el tiempo de pantallas (móvil, tablet, ordenador, televisión, consola), aún siendo conscientes de su utilidad y de que ahora son tiempos más flexibles, debemos regular y establecer un posible horario de uso de pantallas, ya que un exceso de las mismas puede afectar al ritmo de aprendizaje, alterar emocionalmente y complicar la vuelta a la rutina.

-           Buscar un momento para relajarse, reducir la ansiedad y el estrés. Igual de importante que la organización del estudio, es tener un momento para  evadirse y variar las actividades (juegos educativos, online, de mesa, deporte en casa, leer, dibujar…). Fundamental permitirnos tener un momento y espacio de soledad, para nosotros mismos. Se pueden hacer mindfulness o yoga para niños en casa  (hay muchos tutoriales y sesiones gratuitas en youtube).

    Por último, pero no menos importante, es ser realistas y reconocer que durante estos días se pueden producir reacciones puntuales de aburrimiento, frustración, pensamientos negativos, o incluso sentimientos más duraderos de miedo, incertidumbre, desánimo que pueden traducirse en nerviosismo, irritabilidad, insomnio o pesadillas… Son reacciones normales si no sobrepasan una intensidad y un tiempo concreto. Lo interesante es saber llegar a gestionarlas adecuadamente. Lo mejor y a modo de recomendaciones podría ser lo siguiente:

-          Además de las medidas de higiene sanitaria obvias, es imprescindible cuidar un ambiente de “higiene psicológica”, donde es fundamental no repetir las mismas frases negativas, no anticipar muchas cosas a largo plazo, sino centrarse en el día a día, facilitar encuentros positivos en familia (utilizando medios tecnológicos, videollamadas, etc.).  No hay que negar o reprimir las emociones negativas, sólo enseñar a reconducir y canalizarlas para evitar que se instauren de manera permanente.

Si conseguimos dosificarnos, y mantener un sentimiento de pertenencia y unidad, como la “familia del cole” que siempre decimos a nuestro alumnado que somos, conseguiremos  afrontar y sobreponernos a esta difícil situación de la mejor manera, desarrollando nuestra propia “resiliencia”.

       Para terminar… una frase inspiradora de Víctor Frankl (neurólogo austriaco que escribió “El hombre en busca de sentido”  tras sobrevivir 3 años en un campo de concentración nazi).

                                  “Si no podemos cambiar una situación que nos produce dolor, siempre podremos escoger la actitud con la que afrontemos ese sufrimiento”.    

                                                                                  Equipo Docente CEIP "La Alameda"